Seguro que si abriéramos los congeladores de muchos hogares podríamos encontrar en ellos una buena reserva de carne o pescado congelado, igual que bolsas con verduras ultracongeladas. Sin embargo, pocas veces estamos acostumbrados a congelar la fruta.
En este sentido, seguro que os habéis fijado que en los supermercados ya podemos encontrar fruta en la sección de alimentos congelados.
Si queremos realizar este proceso en casa, es importante seguir algunas pautas en función del tipo de fruta que queramos congelar.
¿Qué frutas es aconsejable congelar?
Es importante saber que no todas las frutas son ideales para congelar, bien sea por su composición o por cómo puede afectar a la fruta su propia descongelación.
Así pues, frutas como la manzana, los frutos rojos, cítricos, incluso uvas o higos, así como piña y mango, por su propia composición, son las que mejor soportan este proceso de congelación.
Por el contrario, frutas que contengan un elevado porcentaje de agua en su composición como la sandía o el melón no son aptas para congelar puesto que su contenido en agua hará que se formen cristales que romperán las fibras de la fruta al descongelarse, echándola a perder.
¿Cómo debemos congelar la fruta?
Una vez seleccionada la fruta que queremos congelar, debemos lavarla y secarla. Es muy importante que la fruta esté bien seca para evitar la formación de cristales por la congelación.
Cuando se trate de frutas medianas o grandes, es muy aconsejable cortarlas antes de congelar, igual que quitarles el hueso si tiene.
Para congelarlas, colocaremos las frutas o los trozos en una bandeja y dejaremos espacio entre ellas, así no se pegarán entre ellas cuando se hayan congelado. Una vez en la bandeja, las introduciremos en el congelador.
El tiempo máximo que se recomienda tener fruta congelada es de unos 8-10 meses.
¿Hay algún proceso para descongelar la fruta?
En función de cómo vayamos o tengamos pensado consumir la fruta congelada deberemos tener en cuenta lo siguiente.
Por lo general, no se aconseja dejarlas a temperatura ambiente. Para ayudar a que mantengan todas sus propiedades, lo más recomendable es dejar que la fruta se vaya descongelando dentro de la nevera, aunque el proceso sea más lento.
Puede ser que el destino de esta fruta sea formar parte de alguna receta o preparación. En este caso, la podemos usar directamente, incluso congelada.